Lidiar con una pantalla negra atascada en la Xbox One puede ser muy frustrante, sobre todo si ocurre de repente. Normalmente, un reinicio rápido o algunos reinicios básicos pueden solucionar el problema. Pero a veces, es más persistente: la consola simplemente se niega a mostrar nada, ni siquiera el menú de inicio. Esto puede dejarte perplejo, preguntándote si se trata de un fallo de software o de hardware. Esta guía incluye algunos métodos probados para que puedas volver a jugar sin demasiados problemas.

Cómo arreglar una Xbox One atascada en una pantalla negra

Método 1: Apague y encienda el equipo para solucionar pequeños fallos

Esta es la solución más sencilla que suele funcionar para esas pantallas negras aleatorias. Básicamente, solo tienes que reiniciar la consola para borrar los datos temporales que podrían estar causando el bloqueo. Es útil si la pantalla negra es un fallo extraño en lugar de un fallo de hardware.

  • Mantén pulsado el botón Xbox de la consola durante unos 10 segundos. Esto forzará el apagado.
  • Desconecta el cable de alimentación de la Xbox. A veces, apagarla no es suficiente: desenchúfala durante al menos 30 segundos para asegurarte de que todo esté limpio.
  • Vuelva a conectar el cable de alimentación y luego presione el botón Xbox para volver a encenderlo.

En algunas configuraciones, esto podría reiniciar todo lo suficiente como para solucionar la pantalla negra. Si no es así, continúe con el siguiente paso.

Método 2: Restablecimiento de fábrica: conservar juegos y aplicaciones (si la pantalla cambia después del inicio)

Si tu Xbox finalmente funciona después de apagar y encender, pero sigue sin funcionar correctamente, un restablecimiento de fábrica podría ser útil. Es un poco duro, pero conservar tus juegos y aplicaciones evita perderlo todo. Esto repara los archivos del sistema dañados que causan pantallas negras.

  • Presiona el botón Xbox en tu controlador.
  • Vaya a Perfil y sistema > Configuración.
  • Vaya a Sistema > Información de la consola.
  • Seleccione Restablecer consola.
  • Seleccione Restablecer y conservar mis juegos y aplicaciones.

A veces, este restablecimiento rápido soluciona los problemas de software que causan la pantalla negra. Ten en cuenta que, en algunas consolas, puede que requiera varios intentos o reiniciar para que se instale por completo. Si la pantalla sigue negra después de estos pasos, podría ser un problema de hardware.

Opción: Arrancar en modo sin conexión para evitar fallos del servidor

Otra causa de la pantalla negra son los problemas con el servidor de Xbox Live, sobre todo si la consola intenta autenticarse y no puede. Revisar la página de estado de Xbox es una buena idea; si los servidores no funcionan, probablemente ese sea el problema. En ese caso, desconectarse temporalmente de internet puede ayudarte a acceder a la interfaz principal.

  • Presiona el botón Xbox para que aparezca la Guía.
  • Seleccione Perfil y sistema > Configuración.
  • Vaya a General > Configuración de red.
  • Haga clic en Desconectarse.

Al hacer esto, la consola omite las comprobaciones del servidor y puede cargar la pantalla de inicio. Si funciona, indica que la pantalla negra se debía a un retraso del servidor.

¿Qué pasa si la pantalla de inicio no se carga en absoluto?

A veces, el problema es más grave: la pantalla de inicio de tu Xbox One simplemente no aparece, hagas lo que hagas. En este caso, podría ser necesario un reinicio completo. Sí, es más drástico, pero puede solucionar los bloqueos del sistema.

  • Mantenga presionado el botón de encendido de la consola hasta que se apague por completo (aproximadamente 10 a 15 segundos).
  • Desconecte todos los cables de la consola, incluido el cable de alimentación.
  • Espere de 2 a 3 minutos (esto permite que se agote la energía residual y restablece los estados del hardware).
  • Vuelva a conectar todo y luego presione el botón de encendido.

Si la pantalla de inicio sigue sin cargar y solo ves una pantalla negra, quizás sea momento de revisar problemas de hardware o contactar con el soporte técnico. A veces, el software del sistema puede dañarse y podría ser necesario un restablecimiento completo de fábrica o incluso una reinstalación, pero eso es más avanzado.

Normalmente, estos pasos resuelven la mayoría de los problemas de pantalla negra, sobre todo si se trata de un fallo de software o una interrupción temporal de la red. Es curioso cómo a veces simplemente desenchufar y volver a enchufar hace que todo se active, pero bueno, así es la tecnología.