Uno de los trucos más comunes para el acabado de impresiones hechas con ABS se llama suavizado con acetona. Básicamente, se trata de crear una superficie lisa y brillante exponiendo la impresión a una capa de acetona. También reduce bastante bien esas molestas líneas de capa, lo que hace que la impresión se vea mucho más pulida. No voy a mentir, es bastante satisfactorio ver cómo una impresión rugosa se transforma en algo brillante con solo un poco de vaporterapia.

La acetona disuelve el ABS, por lo que al exponer la impresión a una neblina controlada de acetona, la capa exterior comienza a ablandarse. Si se hace correctamente, se puede conseguir una superficie sedosa, pero es un poco arriesgado. Si se deja actuar demasiado tiempo, las líneas de capa seguirán siendo visibles. Si se deja actuar demasiado tiempo, se corre el riesgo de derretir pequeños detalles o destruir partes de la impresión por completo.

Dado que la acetona básicamente derrite la superficie, también afecta la resistencia estructural de la impresión. Esto es fundamental, especialmente para las piezas funcionales. Resulta que disolver algunas capas puede hacer que la impresión sea más resistente en ciertas direcciones, pero más débil en otras. La idea general es que las fuerzas perpendiculares (que intentan separar las capas) tienden a encontrar mayor resistencia después del alisado, mientras que las fuerzas paralelas a las capas podrían provocar que la impresión se rompa con mayor facilidad. Por lo tanto, si la resistencia es importante, hay que considerar cómo se orienta la impresión durante el alisado.

¿El suavizado con acetona cambia la resistencia del ABS?

Aquí es donde las cosas se complican un poco. Mucha gente asume que alisar con acetona fortalece automáticamente el ABS porque sella la superficie y reduce los puntos de tensión. Y, curiosamente, es cierto en parte: una investigación de Michael Graham demuestra que el proceso puede aumentar la resistencia a la tracción del ABS en aproximadamente un 31 %, pero solo en la dirección perpendicular a las líneas de capa. Por otro lado, debilita la impresión en aproximadamente un 9 % frente a fuerzas paralelas a esas líneas. Sí, es un poco raro.

Así que, en la práctica, si se prevé que la impresión se someta a fuerzas mayormente perpendiculares a las capas, como tirones o tensiones laterales, el alisado puede ser útil, ya que une las capas con mayor firmeza y reduce las microfisuras. Pero si las fuerzas son paralelas a las líneas de las capas, el producto podría ser más vulnerable después del alisado.¿Raro, verdad? Por eso es tan lógico saber cómo se usará la pieza y cómo está orientada.

Y, sinceramente, en algunas configuraciones, el primer intento con vapor de acetona puede ser un poco impredecible. A veces queda perfecto tras una pasada rápida, otras veces es un desastre y necesita más ajustes. Porque, claro, Windows tiene que complicar las cosas más de lo necesario. Sirva como recordatorio: siempre empieza con una pequeña pieza de prueba si es la primera vez que intentas esto.