Cómo entender un disipador de calor activo
Toda computadora necesita mantenerse refrigerada. Es bastante complicado evitar que una CPU o GPU se sobrecaliente, ya que las matrices de silicio son diminutas. La superficie de la matriz es un factor clave en su capacidad para disipar el calor. Al ser pequeñas y planas, no se pueden refrigerar eficazmente simplemente soplando aire directamente sobre el chip. Por eso se utilizan disipadores de calor: ayudan a transferir el calor del componente y luego lo disipan en el aire.
Básicamente, existen dos tipos de disipadores: pasivos y activos. Los pasivos simplemente se ubican y dependen del flujo de aire natural alrededor de la caja, sin ventiladores ni nada sofisticado. Normalmente solo se usan cuando el calor generado no es demasiado alto, ya que su capacidad de disipación es limitada. Piensa en aletas anchas con aletas verticales que facilitan la convección natural para disipar el calor. Pero para cargas térmicas más altas, necesitarás un disipador activo.
Un disipador activo es diferente. Al tener un ventilador incorporado, el flujo de aire sobre él es mucho más intenso. Esto significa que puede manejar mucho más calor que un disipador pasivo sin necesidad de ser enorme. Los disipadores activos suelen tener aletas más juntas (mayor densidad de aletas), ya que el ventilador impulsa el aire, lo que se traduce en mayor superficie en un espacio más pequeño. Esto es muy útil si buscas un equipo delgado y silencioso.
Algunos de estos ventiladores no giran siempre; pueden tener un modo de 0 RPM, lo cual es genial. Cuando la CPU no está trabajando arduamente, el ventilador prácticamente se detiene, convirtiendo el disipador activo en uno pasivo. Esto se traduce en un funcionamiento silencioso y ayuda a reducir el ruido. Muchos disipadores de CPU de alta gama tienen dos ventiladores en una configuración push-pull (uno aspira el aire y el otro lo impulsa a través de las aletas) para mejorar el flujo de aire y la eficiencia de refrigeración. Y sí, algunas configuraciones colocan ventiladores a ambos lados, según la disposición de la caja y lo que mejor se adapte.
Disipadores de calor activos
Lo más importante que hay que recordar sobre los disipadores de calor activos es que utilizan ventiladores para aumentar el flujo de aire, lo que aumenta considerablemente su potencia de refrigeración. Por ello, pueden ser más pequeños y aun así soportar cargas térmicas elevadas, lo que los hace perfectos para CPU y GPU de alto rendimiento que generan mucho calor. Si alguna vez has visto un disipador de calor pasivo enorme, te darás cuenta de lo grandes que deberían ser para igualar la capacidad de refrigeración de uno activo, a veces demasiado grandes.
En algunas configuraciones, el ventilador puede detenerse cuando no se necesita, lo cual es una característica curiosamente satisfactoria: no emite ruido cuando el sistema está inactivo. Ten en cuenta que, a veces, estos ventiladores pueden ser problemáticos, sobre todo si el perfil de refrigeración de tu PC no está bien configurado o si la conexión del ventilador se afloja. En general, los disipadores de calor activos son increíblemente eficaces y bastante comunes en plataformas de juegos y estaciones de trabajo.
Conclusión
En comparación con las opciones pasivas, los disipadores activos con ventiladores ofrecen una refrigeración mejorada, especialmente con hardware de alta gama. Son mucho más compactos que los disipadores pasivos gigantes y se adaptan a diferentes cargas térmicas con bastante fluidez. La mayoría de las CPU y GPU de alto rendimiento incluyen o recomiendan soluciones de refrigeración activa por este motivo. Sinceramente, si estás actualizando o construyendo un sistema que exige temperaturas extremas, optar por un disipador activo suele ser la mejor opción.