A veces no se trata solo de maximizar el rendimiento, sobre todo cuando tu configuración se calienta, hace mucho ruido o simplemente descarga la batería demasiado rápido. Ahí es donde entra en juego el underclocking, un truco poco apreciado. Básicamente, se reduce la velocidad de reloj de la CPU o GPU. Suena contradictorio, pero en algunos casos, se obtiene una máquina más fría, silenciosa y con un consumo más eficiente sin sacrificar por completo el rendimiento necesario para las tareas diarias. No sé por qué funciona, pero en algunas configuraciones, reducir un poco la velocidad de reloj puede marcar una diferencia notable en la temperatura y el ruido, sin afectar apenas a la actividad diaria.

Así que, si tu PC se sobrecalienta, los ventiladores hacen más ruido de lo que te gustaría o tu portátil solo dura un par de horas antes de que se agote la batería, probar un underclocking podría ser útil. Es como pausar un poco la carrera armamentística de rendimiento, lo que te permite mantener tus componentes un poco más productivos sin dejar de hacer lo tuyo. Recuerda: no se trata de convertir tu equipo de gaming en una tortuga, sino de equilibrarlo para que tu sistema no se sienta como un motor a reacción cuando solo estás navegando o viendo vídeos.

Cómo reducir la velocidad de sus componentes: la verdad

Introducción al underclocking

Si eres nuevo en esto, un buen punto de partida es revisar la configuración de la BIOS o UEFI de tu sistema. La mayoría de las placas base modernas tienen opciones en los menús de Overclocking o Rendimiento de la CPU donde puedes reducir manualmente el multiplicador de la CPU o la frecuencia base. En sistemas con herramientas dedicadas para ajustar la GPU (como MSI Afterburner o AMD Ryzen Master), también puedes ajustar la frecuencia de la GPU directamente. No todo el mundo se siente cómodo explorando la BIOS, por lo que las opciones de software son más intuitivas.

Por qué ayuda: simple y llanamente

Reducir la velocidad del reloj reduce el consumo de energía y la generación de calor, ya que estos componentes no trabajan tan arduamente. En la práctica, esto puede significar que la CPU funcione a menor temperatura, que los ventiladores giren más lento o incluso se apaguen, y que la duración de la batería de tu portátil mejore ligeramente. Prepárate para una posible disminución del rendimiento del 10 al 15 % en tareas exigentes, pero con el uso diario o con programas menos intensivos, es posible que no lo notes. Sin embargo, ten en cuenta que es cuestión de prueba y error; los resultados pueden variar. A veces, un pequeño ajuste puede marcar una gran diferencia, y a veces no merece la pena.

Consejos prácticos y trampas

  • Si su sistema lo admite, intente reducir el multiplicador de reloj de la CPU en pequeños incrementos ( por ejemplo, un 5-10 % ) y compruebe la estabilidad después de cada cambio. Si el sistema falla o se vuelve inestable, auméntelo ligeramente.
  • Para el underclocking de la GPU, es similar: reduce gradualmente la frecuencia del núcleo y la de la memoria, y luego ejecuta pruebas de rendimiento o de juegos. Vigila las temperaturas y la estabilidad.
  • Algunas herramientas te dan la opción de aplicar perfiles, por lo que una vez que encuentres tu punto ideal, puedes cambiar fácilmente sin tener que hacer ajustes cada vez.
  • Nota: No todo el hardware responde bien al underclocking, y algunos chips son mejores que otros. En una configuración, puede funcionar de maravilla; en otra, no tanto.

Algo a tener en cuenta: si bien el underclocking suele ser seguro, es común que se produzcan reinicios forzados o fallos durante los ajustes. Es muy útil asegurarse de tener buenas copias de seguridad y familiarizarse con la restauración de valores predeterminados.

Resumen

El underclocking no es nada llamativo, pero puede ser un salvavidas si el calor, el ruido o el consumo de energía te causan problemas. Se trata de encontrar el equilibrio perfecto para tu configuración, especialmente si quieres que tu PC funcione más fresco y silencioso sin sacrificar por completo el rendimiento en las tareas diarias. No es una solución mágica para juegos de alta gama, pero vale la pena intentarlo si tu sistema se vuelve demasiado ruidoso o se calienta con el uso regular.

Con suerte, esto les dará un buen punto de partida a quienes tengan curiosidad por reducir el ritmo en lugar de esforzarse más. Solo recuerden: no siempre es perfecto, así que prepárense para hacer pequeños ajustes hasta que quede perfecto.

Resumen

  • Intente reducir la velocidad del reloj a través de herramientas de ajuste del BIOS o de la GPU.
  • Pequeños ajustes pueden generar grandes ahorros térmicos y energéticos.
  • Espere caídas menores en el rendimiento, a menudo menos de lo que imagina.
  • Vigile las temperaturas y la estabilidad del sistema después de cada cambio.
  • Haga una copia de seguridad de su configuración y esté preparado para restablecerla si es necesario.

Cruzo los dedos para que esto ayude.