Si eres como mucha gente, la idea de espiar en secreto el smartphone de alguien sin siquiera tener acceso físico suena bastante tentadora, hasta que te das cuenta de lo mucho que es un mito. Muchos sitios web hablan de «aplicaciones espía» que afirman hacer magia con solo unos pocos dólares y algo de información, pero, sinceramente, la mayoría son puras tonterías. Por ejemplo, hay aplicaciones que hacen promesas falsas o introducen malware en tu dispositivo, lo cual es totalmente inaceptable.¿La realidad? No hay forma legítima de espiar el teléfono de alguien sin que esté en ese dispositivo, al menos no sin conocimientos avanzados de hacking o acceso físico al teléfono.

Dicho esto, existen ciertas aplicaciones de monitoreo para Android e iOS, pero generalmente requieren que primero instales algo directamente en el dispositivo objetivo. No puedes simplemente pagar por un servicio, ingresar algunos datos y ver instantáneamente todos sus mensajes, GPS y datos de la aplicación a distancia. Bueno, no legal ni éticamente, al menos. Por lo tanto, si has visto afirmaciones de que puedes instalar una aplicación espía remotamente en el dispositivo de alguien sin su conocimiento, es casi seguro que es falso o, peor aún, una estafa. En algunas configuraciones, la aplicación podría necesitar un poco de ayuda del dispositivo objetivo, como habilitar fuentes desconocidas o instalar un archivo APK manualmente. Un poco molesto, pero así es.

Por eso también surgen rumores sobre aplicaciones como Pegasus: en su mayoría son herramientas gubernamentales que se usan en circunstancias específicas, no son algo casero. Normalmente, necesitan algún tipo de acceso o un exploit para acceder, lo que las hace ilegales y bastante arriesgadas.¿La conclusión? No hay magia ni nada gratis, solo mucha publicidad.

En cambio, lo que puedes hacer con herramientas legítimas es usar aplicaciones de monitoreo confiables que requieren instalación en el dispositivo objetivo, como TheOneSpy, mSPY, Cocospy, Hoverwatch o uMobix. Estas aplicaciones pueden ofrecer funciones como rastreo GPS, monitoreo de redes sociales, registro de llamadas e incluso acceso a la cámara o al micrófono, pero todo esto tiene una salvedad: tienes que acceder al dispositivo de alguna manera, generalmente con la cooperación del objetivo o mediante acceso físico. O a veces mediante ingeniería social, pero ese es otro tema. Por eso se dice que las «aplicaciones espía» se centran más en el control parental o la supervisión de empleados, no en el espionaje clandestino de un sujeto involuntario.

¿El mejor consejo? Si realmente estás pensando en monitorear el dispositivo de alguien, asegúrate de que sea legal y ético. Por ejemplo, monitorear los dispositivos de tus hijos con controles parentales como Google Family Link o KidsGuard no es lo mismo que instalar a escondidas alguna aplicación en el teléfono de tu jefe. E incluso esas aplicaciones pueden generar problemas de privacidad si se usan indebidamente.

En resumen, no te dejes llevar por la publicidad exagerada de las aplicaciones de espionaje remotas sin acceso. Suelen ser estafas o ilegales. En cambio, concéntrate en opciones legítimas que requieren acceso y son transparentes sobre lo que hacen. Y, sinceramente, si la privacidad de alguien es tan importante, quizás sea mejor simplemente hablar con esa persona en lugar de espiarla.