Cómo ajustar la frecuencia de actualización del monitor en Windows 11
La frecuencia de actualización de la pantalla se refiere básicamente a la cantidad de veces por segundo que se actualiza la imagen del escritorio. Si usas una PC configurada a 60 hercios, significa que todo se actualiza 60 veces por segundo. No es un gran problema para navegar por internet, pero si te gusta jugar o ver vídeos de alta calidad, aumentarla puede marcar una diferencia notable. Dado que Windows 11 es un poco más sofisticado que las versiones anteriores, te recomendamos ajustar la configuración de tu monitor para disfrutar de una experiencia de juego o visualización más fluida.
La frecuencia de actualización afecta directamente la fluidez del movimiento, especialmente al jugar o ver vídeos de ritmo rápido. Necesitarás una frecuencia más alta si tu hardware lo permite, ya que muchos juegos nuevos admiten fps (fotogramas por segundo) más altos. Pero recuerda que aumentar demasiado la frecuencia de actualización en un monitor que no la soporta no servirá de nada; tu sistema y tu pantalla deben admitir esa frecuencia más alta para que funcione.
Cómo cambiar la frecuencia de actualización del monitor en Windows 11
Si te gustan los videojuegos o simplemente quieres una experiencia fluida, deberás configurar la frecuencia de actualización al máximo que tu monitor admita. Estos son los pasos que suelen funcionar:
- Haz clic derecho en cualquier lugar del Escritorio y selecciona «Configuración de pantalla» en el menú contextual. En ocasiones, si la pantalla no se detecta correctamente, es posible que debas revisar primero las conexiones de los cables o actualizar el controlador de gráficos.
- Accederás a Sistema > Pantalla en Configuración. Desplázate hacia abajo y haz clic en Configuración de pantalla avanzada.
- En la nueva ventana, busca el menú desplegable en Información de pantalla para seleccionar tu pantalla. Luego, selecciona la frecuencia de actualización que desees. Recuerda que tu pantalla solo muestra las opciones compatibles con tu monitor, así que no hay problema si tu pantalla solo admite 60 Hz.
- Después de seleccionar la tarifa preferida, haga clic en Aplicar y reinicie su PC si es necesario. A veces, reiniciar ayuda a que el cambio se aplique sin problemas.
Problemas al configurar una frecuencia o frecuencia de actualización más alta
Algo a tener en cuenta: las frecuencias de actualización más altas consumen un poco más de batería, especialmente en portátiles. Esto se debe a que usar la pantalla a una frecuencia más alta consume más batería, lo que puede reducir su duración. Si tu portátil se descarga más rápido de repente después de aumentar la frecuencia, probablemente sea por eso. Por lo tanto, busca un equilibrio: si notas una descarga significativa de batería, quizás puedas reducirla un poco. En algunas configuraciones, la frecuencia de actualización más alta podría no estar disponible si tu hardware no la admite correctamente o si tu cable o puerto la limita (por ejemplo, al usar HDMI 1.4 en lugar de HDMI 2.0).
¿Puedes cambiar 60Hz a 144Hz?
Solo puedes cambiar a una frecuencia de actualización más alta, como 144 Hz, si tu monitor y GPU la admiten. Para comprobarlo, ve a Configuración > Sistema > Pantalla > Configuración de pantalla avanzada > Propiedades del adaptador de pantalla. En la pestaña Monitor, deberías ver un menú desplegable con las frecuencias de actualización compatibles. Elige la más alta de la lista; si no aparece 144 Hz, es probable que tu monitor o tarjeta gráfica no la admita. En ocasiones, es posible que primero debas actualizar el controlador de la tarjeta gráfica; puedes consultar la página de descarga de controladores de NVIDIA o el sitio de soporte de AMD para obtener ayuda.
¿Es 144 Hz más suave que 60 Hz?
Sí, prácticamente. Al pasar de 60 Hz a 144 Hz, todo se siente mucho más fluido, especialmente en juegos de ritmo rápido. El desenfoque de movimiento se reduce, el retraso de entrada puede mejorar ligeramente y la experiencia general es mucho más sensible. Para tareas habituales como navegar o escribir, no notarás mucha diferencia, pero si te tomas en serio los videojuegos, especialmente los títulos competitivos, los 144 Hz marcan una gran diferencia. Solo ten en cuenta que, si tu sistema no es lo suficientemente potente, habilitar frecuencias de actualización más altas podría no ofrecerte la mejora que esperas; todo depende de que tu hardware esté a la altura.