Cómo administrar los programas de inicio en Windows 11 para un arranque más rápido

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Los programas de inicio son un poco molestos y se instalan automáticamente en el sistema justo después de que Windows se carga. Algunos son útiles, como OneDrive o las herramientas de seguridad, pero, sinceramente, muchos se quedan ahí desperdiciando recursos y ralentizando el sistema. Normalmente, Windows selecciona los que considera importantes para iniciar, pero no todos son necesarios si solo se busca acelerar el sistema o solucionar problemas de rendimiento.¿La buena noticia? Deshabilitar los que no se necesitan es bastante sencillo, aunque al principio puede resultar un poco confuso, sobre todo si no se está familiarizado con los menús o comandos.

La parte complicada es determinar qué aplicaciones son seguras deshabilitar y cuáles son críticas. Deshabilitar aplicaciones del sistema, como antivirus o herramientas de red, puede causar problemas graves, así que es mejor usar solo las que instalaste tú mismo o las que no necesitas al iniciar. La idea principal es liberar recursos del sistema, reducir el tiempo de arranque y, con suerte, mejorar la velocidad de tu PC. Un aviso: en algunas configuraciones, deshabilitar un programa puede hacer que vuelva a aparecer después de reiniciar, o tendrás que deshabilitarlo en varios lugares. Así que, paciencia y un poco de prueba y error son parte del proceso.

Cómo deshabilitar programas de inicio en Windows 11

Uso de la configuración

Esta es probablemente la forma más sencilla y perfecta si te gusta la interfaz gráfica. Deshabilitar aplicaciones desde la configuración simplifica las cosas: el indicador de impacto junto a cada aplicación muestra cuántos recursos del sistema consume, para que puedas identificar las más infractoras.

  1. Presione Windows key + Ipara abrir Configuración.
  2. Haga clic en Aplicaciones en el panel izquierdo.
  3. Dirígete a la derecha y haz clic en Inicio. Si no lo ves directamente, puede que esté en un submenú o puedes buscar «Inicio» en la barra de búsqueda.
  4. La página mostrará una lista de aplicaciones con interruptores. Para las que no necesite iniciar con Windows, deslice el interruptor hacia la izquierda (desactivado).
  5. Después de desactivar las innecesarias, reinicia tu PC y comprueba si la situación mejora. A veces, eso basta para revitalizar el rendimiento.

Nota: En algunas instalaciones nuevas o configuraciones muy personalizadas, es posible que esta página no muestre todo. En ese caso, continúe y pruebe los otros métodos.

Deshabilitar aplicaciones de inicio a través del Administrador de tareas

Este método es más directo y ofrece una visión general rápida de lo que se está cargando. Ha sido la opción preferida desde hace mucho tiempo y, en Windows 11, sigue funcionando de maravilla. Además, ofrece más detalles sobre el impacto en los recursos.

  1. Presione Windows key + Xy seleccione Administrador de tareas.
  2. Si se abre pequeño y se ve un poco vacío, haga clic en Más detalles.
  3. Seleccione la pestaña Inicio en la parte superior; si no la ve, su Administrador de tareas podría estar en «modo compacto», así que simplemente haga clic para expandirlo.
  4. Aquí verás todas las aplicaciones con estado Activado o Desactivado. Para evitar que una se inicie al inicio, haz clic derecho en ella y selecciona Desactivar. Es rápido y sencillo.
  5. Después de hacer esto con varias aplicaciones, reinícialas para comprobar si el rendimiento mejora. A veces, desactivar algunas aplicaciones marca una diferencia notable.

Advertencia: Tenga cuidado con algunas aplicaciones. Si no está seguro, busque primero el nombre en Google. Deshabilitar componentes principales del sistema puede causar problemas.

Usando el Programador de tareas (un poco más avanzado)

Aquí puedes encontrar algunas tareas de inicio ocultas que no aparecen en ninguna otra parte, especialmente si las aplicaciones están configuradas para activarse ante eventos específicos o están ocultas en segundo plano. Es un poco engorroso navegar, pero si quieres una limpieza a fondo, vale la pena.

  1. Haga clic en el icono de búsqueda, escriba Programador de tareas y ábralo.
  2. Vaya a la Biblioteca del Programador de tareas en la barra lateral izquierda.
  3. Revise la lista de tareas programadas para ver si hay alguna que se active al iniciar sesión o al iniciar el sistema. Tenga cuidado: algunas son críticas para el sistema. Por ejemplo, Microsoft Defender podría aparecer aquí.
  4. Haga clic derecho en cualquier aplicación o script que desee eliminar y seleccione Deshabilitar.
  5. Esto evitará que la tarea se ejecute al inicio a menos que la vuelvas a habilitar más tarde. Es posible que algunas aplicaciones no aparezcan en los demás menús, así que esta es tu arma secreta.

Nota: Deshabilitar tareas aquí puede ser un poco complicado, ya que son menos obvias. Si no está seguro, deje las tareas críticas del sistema intactas y deshabilite solo los procesos cuestionables.

¿Deberías deshabilitar todos los programas de inicio?

En realidad, no. Windows necesita que algunas aplicaciones se ejecuten desde el principio, especialmente antivirus o herramientas de administración de controladores. Deshabilitarlas podría dejar el sistema vulnerable o causar problemas de compatibilidad de hardware.

El truco está en identificar lo que realmente no necesitas de inmediato y desactivarlo. Piensa en ello como podar las ramas muertas: conservar lo esencial y eliminar lo superfluo. De esta manera, el ordenador arranca más rápido y eliminas la sensación de lentitud sin comprometer la estabilidad ni la seguridad.